Quedamos en el aeropuerto sobre las 12
y fuimos directos a facturar, ya teníamos los asientos reservados del día
anterior, porque cuando fuimos a recoger a Santi, preguntamos en la oficina de
Turkish si nos podían reservar los asientos y las chicas muy amables nos lo
reservaron. La cola de facturación era tremenda, nos costó alrededor de 45
minutos.
Luego decidimos comer algo, porque no
sabíamos si en el vuelo nos iban a dar de comer; así que nos decidimos todos
por unos bocatas de jamón.
El vuelo salió bastante puntual a las
14:35, el avión muy bueno, con un gran espacio entre los asientos. Al poco de
subir sirvieron la comida, y nosotros a pesar de habernos comido los bocatas,
evidentemente no renunciamos, no recuerdo que comimos, pero estaba bastante
buena. Y llegamos a Estambul también en hora prevista sobre las 19:00. Teníamos
más de 4 horas hasta que saliera nuestro vuelo.
La espera se nos hizo aburrida, ya que
la zona de tiendas es bastante pequeña, hay poco para ver, y hay poco espacio
para dar un buen paseo matando el tiempo, y por si fuera poco apenas hay
bancos, si no es en las zonas de embarque. Tras pasear un poco nos tomamos algo
para hacer tiempo.
Sobre 2 horas antes, pusieron en las
pantallas el vuelo, y una vez en tu puerta de embarque, justo allí se pasa el
control. Así que cuando abrieron nuestro control pasamos, y así ya teníamos
hecha la faena, y allí ya teníamos bancos de sobra para sentarnos.
Momentos antes de embarcar con nuestro
avión al fondo.
El vuelo Estambul-Beijing tenía
prevista la salida a las 23:45, pero el embarque comenzó una media hora antes
de la salida del vuelo, lo que nos hacía imaginar que saldría con algo de
retraso, que finalmente fue de 1 hora.
Cuando en Valencia nos reservaron los asientos,
la chica nos dijo que nos daba los de salida de emergencia para que fuéramos
más anchos, la verdad es que son bastante cómodos, tienen un pequeño
inconveniente y es que la zona de las azafatas la tienes al lado y la gente se
pasa el tiempo siempre pidiéndoles algo. Pero sopesando los pros y los contras está
bien, a mí me encantó sobre todo porque me puedo levantar sin molestar a nadie.
Cada uno tenía su pantalla individual,
con un montón de películas en español y un montón de juegos. Fue sentarnos y
comenzar a juguetear cada uno con su tele.
A la hora y algo de vuelo, que debían
ser cerca de las 2 de la madrugada, nos sirvieron la cena que tampoco recuerdo
que era, pero no estaba mal; y ya después de esto un poco de pelis o juegos, y
a dormir un ratillo.
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