Día 7: Xian, Guerreros de Terracota y Pagoda Ganso Salvaje

Para desayunar, fue un poco lío, porque nosotros no lo teníamos incluido, pero allí aparte del buffet, había una especie de mini buffet y no se veían precios; así que preguntamos aquí y entendimos que era gratis, había poco, pero con unos cafés y unos pocos bollos, desayunamos más o menos.

Nuestra jornada turística comenzó a las 8’30 como todos los días. Y la visita estrella de hoy eran los famosos Guerreros de Terracota, para el día de hoy también teníamos chofer y guía en español. Pero aquí no tuvimos tanta suerte con el guía como en Beijing, nos tocó uno que no nos gustó nada, al poco ya descubrimos que era un cara.

En este día también hicimos un cambio, habíamos previsto ir después de los Guerreros, a un museo que estaba de camino, pero lo cambiamos por la Pagoda del Ganso Salvaje, que aunque está en la ciudad, nos pillaba lejos del hotel; y así luego por la tarde, nos íbamos a dar una vuelta por el centro, que nos había gustado mucho.

El guía se llamaba Lian, y hablaba un español medio sudamericano. Antes de los Guerreros, nos llevó a una tienda, hasta aquí el trayecto fue de unos 45 minutos. Según él allí se hacían los auténticos guerreros, que el material era como en ningún sitio, etc. La tienda era a todo lujo y allí apenas se regateaba; el tamaño que nos gustaba valía 150 ¥, y solo rebajan hasta 120 ¥; ya podían ser los mejores guerreros y el material ya podía ser bueno. De entre los cinco, tan solo compramos 1 de estos, y nada más en toda la tienda; y aquí ya se empezó a torcer la cosa con el guía.


Primero te enseñan como los hacen.


También te pueden hacer uno tamaño natural (más o menos) con tu cara, que te lo envían a casa por unos 1.500 €.



La verdad es que la tienda tenía cosas preciosas, pero vamos, que nosotros no pensábamos comprar.



Esta es la parte de la tienda, con todos los tamaños de guerreros.


Después en unos 20 minutos llegamos a los Guerreros de Terracota.

GUERREROS DE TERRACOTA (BINGMA YONG)

Horario: 8’30 a 17’30 horas.
Precio: 110 ¥.


Es patrimonio de la humanidad desde 1987.

Fueron descubiertos accidentalmente por un agricultor en 1974.

Para llegar de la entrada a los pabellones donde se encuentran los Guerreros, cogimos un vehículo eléctrico, que valía 5 ¥.


Y llegamos a las fosas.


Comenzamos por la fosa nº 1 que es la más espectacular, hay alrededor de unos 6.000 guerreros y 35 carros, las figuras tienen una altura media de 1’80 metros.








En esta misma fosa estaban restaurando unos cuantos.


Aquí estaba de gente hasta los topes, a veces costaba hacerse un hueco en la barandilla.

A continuación visitamos las fosas nº 2 y nº 3, mucho más pequeñas, con lo cual mucho menos espectaculares.



Acabamos la visita en el museo, pero claro después de haber visto la fosa nº 1 al comenzar, esto resultaba aburrido; debería habernos enseñado la espectacular la última para mantener nuestro interés. Pero bueno a estas alturas ya todo eran pegas con el guía. La vista nos llevó unas 2 horas.

Nos despedimos de los Guerreros, y volvimos andando hacia nuestro coche.




Era alrededor de la 1 del mediodía, y el guía pretendía que comiéramos, no preguntó si queríamos o nos apetecía, nos dijo “podéis comer ahí”, pero convencido de que íbamos a decirle que sí. Pero le dijimos que no, que no teníamos hambre y preferíamos volver a la ciudad.

De camino a la ciudad pretendía vendernos un masaje de pies (o vete a saber), que ahora nos llevaba a comer, y que luego nos llevaba a los masajes, vamos que nos quitaba la excursión de la tarde que habíamos pagado, y nos soltaba en los masajes; y claro cuando le dijimos que no, que queríamos ir a la Pagoda, el mosqueo iba subiendo.

Comimos en un KFC que estaba muy cerquita de donde íbamos después, y el precio fue similar al de ayer.

Tras la comida, cogimos camino hacia Pagoda.




GRAN PAGODA DEL GANSO SALVAJE (DAYAN PAGODA)

Horario: 9 a 17 horas.
Precio: 50 ¥.

Esta pagoda es el símbolo de la ciudad.


En la entrada nos hizo una explicación de todo, y dijo que nos esperaba por allí en media hora o algo así, porque el no podía dar explicaciones en el resto del recinto. La verdad es que tampoco teníamos muchas ganas de estar con él.











El mosqueo que llevábamos con el guía aumentó, cuando vimos a otros españoles (con los que habíamos coincidido un par de veces), y ellos sí llevaban su guía acompañándoles.

Lo bueno es que ya nos quedaba poco para que nos dejaran en el hotel y olvidarnos de él.

Evidentemente no le dimos ninguna propina. Así como el guía de Beijing, nos dio una hoja para evaluarlo, este ni nos la dio; pero luego una vez en casa le hemos escrito un mail a su jefa, con la que hicimos la reserva.

Tras un pequeño descanso, y unas duchitas, salimos al centro, esta vez, decidimos ir todos en un taxi. Al preguntarlo nos dijeron que no, pero al ver que nos íbamos dijeron que sí; un poco apretados si que íbamos, pero si no corríamos el riesgo de que a unos nos dejaran en un sitio y a otros en otro.

Fuimos a comprar unas cosillas que más o menos habíamos estado viendo durante la tarde de ayer, por el barrio musulmán. Compramos un montón de imanes a 5 ¥ cada uno, un montón de bolsitas de tela a 10 ¥ cada una, unos marca páginas que pintaba un chico a mano y te ponía tu nombre en chino a 12 ¥ cada uno, guerreros pequeños a 8 ¥ cada uno, y medianos a 20 ¥. Y las chicas también compramos un montón de pulseritas en rojo y negro, a 10 ¥ cada una.

Nosotros nos compramos el guerrero mediano, que mide unos 20 centímetros, evidentemente no tiene la calidad del de tienda de la mañana, pero recordar que valían 120 ¥. Nuestros guerrero de 20 ¥ llego sano y salvo a casa, y total es una figurita de recuerdo para que se quede en una estantería.

Ya finalizadas las compras, callejeamos un poco por la calle principal del barrio musulmán Huimin Jie.





Para cenar esta vez, probamos un PIZZA HUT.


Cenamos un entrante para todos, y luego pedimos pizza, lasaña y carne. Todo muy bueno, pero la pizza yo la notaba rara, y es que en vez de tomate como base llevaba patata, no es que estuviera mal, pero estaba rara. Todo incluyendo bebidas y postres, nos salió por 484 ¥.





Y nuestra inseparable cervecita TSINGTAO.


Luego ya sobre las 10’30 volvimos hacia el hotel como ayer, unos en taxi y otros tuctuc.


Ya nos despedimos de esta ciudad, su centro con la muralla y las torres nos había encantado, pero sin embargo nos dejaban un poco de mal sabor de boca los Guerreros. Yo inicialmente he de decir que era lo que menos me gustaba de todo el viaje, y al final así ha sido. El guía, y el ambiente entre nuboso y contaminado de la ciudad, también influyeron.

2 comentarios:

  1. Desde el sillón de casa Xian parece precioso. La muralla es increible y los guerreros siempre me han parecido espectaculares, verlos en directo debe ser emocionante. Eso sí, ya le vale al guía, me ponen de mala leche los que sin decirte nada te llevan a una tienda, agrrrr y los que te quieren llevar a comer a la hora que quieran ellos o los que te intentan hacer cambios por la cars. El vuestro tiene todo lo que me pone enferma, menos mal que sólo era para un día! Sigo leyendo :-)

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  2. Menos mal que ese guía sólo fue un día. Xian ciudad nos gustó mucho a todos, poder ver lo mejor de la ciudad a pie sin transporte, con lo grandes que son las ciudades chinas, me parece todo un lujo.

    Me alegro que te guste.

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