Tras el viaje

A la vuelta de todo viaje, siempre hacemos un poco de balance, viendo si nos hemos dejado mucho de lo previsto, o nos hemos ceñido bastante al planning. Y por otra parte con la experiencia de lo vivido, si volveríamos a hacer el viaje igual o cambiaríamos algo.

Vimos que nos ceñimos bastante al planning previsto, y vistamos prácticamente todo lo que habíamos pensado; que a priori siempre hay intención de cumplir, pero a veces una vez en el terreno, puede ser demasiado ambicioso. Y la verdad es que estamos muy contentos porque vimos casi todo lo previsto, en Hong Kong, se nos quedó alguna cosa, pero estamos bastante satisfechos.

Por otra parte volveríamos a realizar el viaje tal cual, algunas cosas por nuestra cuenta, pero otras con guía y chofer, yendo tan pocos días es algo bastante primordial para poder ver bastantes cosas.

BEIJING
Las visitas de la ciudad, las puedes hacer por tu cuenta, es muy fácil y rápido moverte con el metro. Al Palacio de Verano y la zona Olímpica también se llega en metro, pero la distancia es considerable. Beijing nos gustó mucho, pero personalmente lo que más me gusto a mi fue la Muralla, impresionante y espectacular.

XIAN
Esta ciudad fue una de cal y una de arena, su centro historio con la Murallas y las dos torres nos encantaron, todo a una distancia que se puede hacer a pie; y por el contrario los famosos Guerreros, nos defraudaron un poco; supongo que también influyo el clima que nos encontramos que era muy gris.

GUILIN
Una parte del viaje de la que nos consideramos bastante afortunados, porque por aquí suele llover bastante, y mientras estuvimos nosotros, ningún día. Aunque a la ciudad de Guilin en sí no se le suele dedicar casi tiempo, por las noches está muy iluminado y nos quedamos con las ganas de verla con más tranquilidad. Y que decir de lo que tiene alrededor, el crucero por el Río Li y los arrozales de Longsheng, ambas cosas nos encantaron.

HONG KONG
La megaciudad que te deja sin aire, con su tráfico intenso, la gente que va corriendo a todas partes, y esa humedad que te asfixia; pero cuando llega la noche y se encienden las luces, es cuando la ciudad adquiere su belleza, y parece que estés en otro lugar. Se nos quedo el Buda por el tifón; pero bueno nos dio tiempo de ver Disneyland, que me hacía mucha ilusión y es una cucada.

Es un viaje donde hemos desconectado de nuestra vida aquí un montón, no sabíamos ni en que día estábamos. El primer día al llegar y en las primeras horas estas un poco en shock, no entiendes nada, el tráfico es horroroso y aparentemente suicida; pero cuando llevas un par de días te acostumbras a ser el raro, explicarte por señas, no entender ningún cartel, a un tráfico que nos resulta muy arriesgado, etc. Todas estas cosas que nos eran tan diferentes, son las que nos hicieron desconcertar de nuestra vida aquí.

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